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martes, 6 de noviembre de 2012

El aloe vera


El aloe vera es una de las especies vegetales más conocidas y con múltiples propiedades curativas.
Estas plantas se dan en las laderas soleadas, en lugares rocosos. Abundan sobretodo en África, Madagascar y algunos lugares de Asia. En nuestro país es frecuente encontrarlas en el litoral, que crecen de forma salvaje. Se caracteriza por ser una planta muy resistente a las plagas y también a la falta de agua, por lo que si hay un exceso de ésta, la planta se vería perjudicada, así como también con el frío (temperaturas por debajo de los 10ºC)
En medicina se usa el jugo de las hojas de aloe vera cuajado, conocido como acíbar. La forma de obtención del acíbar es muy sencilla, dejamos que las hojas de la planta  eliminen el líquido que poseen dentro depositándolo en un recipiente, dejamos que se concentre y se espese calentándolo mediante el sol o calor artificial. Esta mano de obra se lleva a cabo en los lugares de origen de la planta. La composición del acíbar es: 6-10 % agua, un 2% ceniza, un 40-80% resina y un 20 % de aloínas.

Composición química del aloe:
La aloe vera es una planta que reúne muchas propiedades beneficiosas, tanto para la salud como para la piel. Entre la composición de ésta encontramos:
  • Agua: El aloe concentra un altísimo porcentaje de agua en su interior (un 95%). Debido a esto, esta planta posee un gran poder terapéutico, ya que el agua es el vehículo idóneo en el que se disuelven el resto de las sustancias biológicamente activas
  • Vitaminas:  que son compuestos orgánicos vitales para el funcionamiento normal de nuestro organismo. Su aporte debe ser a través de la ingesta de plantas, que las sintetizan (a excepción de la vitamina D, que podemos producirla).
  • Minerales: El aloe es rico en sales minerales y oligoelementos, entre las que destacan: Hierro, Calcio, Fósforo, Magnesio,  Manganeso,  Potasio… entre algunos otros.
  • Aminoácidos: El aloe aporta diecinueve de los veintidós aminoácidos que necesita nuestro organismo, siete de los cuales son esenciales y no podemos sintetizarlos por nosotros mismos, por lo que hemos de recurrir a aportes externos. 


El aloe vera tiene diferentes usos terapéuticos:

La planta se utiliza para resolver muchos problemas, principalmente los relacionados con la piel. A continuación se muestran varias aplicaciones terapéuticas de las más destacadas:
  1. Acidez del estómago: El aloe normaliza el pH, reduciendo así la acidez del estómago y favoreciendo el equilibrio de las bacterias gastrointestinales.
  2. Antienvejecimiento: Se le atribuyen también propiedades rejuvenecedoras, ya que tiene una gran capacidad de aumentar la producción de células fibroblásticas, que se encuentra en la dermis y son las responsables de la formación de colágeno. Al acelerarse la producción de colágeno se disminuyen las arrugas existentes y se reduce la aparición de otras nuevas.
  3. Caída del cabellos: El estrés, una mala dieta, los trastornos hormonales o el mal uso de los cosméticos capilares hacen que vayan aumentando de forma importante entre la población los problemas relacionados con la caída del cabello. El aloe es una solución muy efectiva, ya que tiene una composición similar a la queratina, y la composición de sus complejos de aminoácidos es idéntica a la del folículo del cabello.
  4. Cicatrización de heridas: El aloe permite una cicacitración más rápidasin que se formen queloides, ya que reconstruye los tejidos, sin impedir mientras tanto, que el oxígeno llegue a la herida.
  5. Coagulante: Su contenido en calcio, potasio y celulosa hace que el aloe provoque en las lesiones una red de fibras que aseguran las plaquetas de la sangre, ayudando a que coagulen y cicatricen.
  6. Digestión: Esta planta es muy rica en las enzimas de la digestión, y rehidrata y regenera el aparato digestivo, neutraliza el pH (como agente alcalinizador) y estimula la flora bacteriana, mejora la absorción de las sustancias nutritivas y la destrucción de los residuos. Elimina asimismo las flatulencias que pueden producir los residuos gástricos.
  7. Hidratante: El aloe es un humidificador perfecto para la piel, por su capacidad de trasportar nutrientes y humidificar todas las capas facilitando su total absorción; y también por la acción de los polisacáridos, que ejercen un efecto barrera, impidiendo la pérdida de agua natural de la piel.
  8. Manchas: El aloe se emplea como tratamiento contra la hiperpigmentación cutánea, habitual en personas de edad avanzada y cada vez más entre los jóvenes que se han expuesto demasiado al sol. Elimina la acumulación de melanina causante de las manchas oscuras. Para conseguir este efecto no es necesario acudir al gel, basta con con aplicar directamente la hoja de aloe sobre la piel.

Este tipo de planta la podemos encontrar bajo forma de bebida, en polvos y también en cápsulas. Además es frecuente ver productos cosméticos con aloe vera.

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